Porqué aprender autónomamente en un mundo interconectado.
- Jhosdian Velásquez
- 1 mar 2016
- 3 Min. de lectura

Partiré de la premisa de que el aprendizaje autónomo es inherente al ser humano, pero es una capacidad que va perdiendo con el tiempo debido a los modelos de enseñanza- aprendizaje que se dan en nuestro esquema educativo.
Los primeros aprendizajes del niño se dan de forma autónoma a través de la exploración del mundo que lo rodea, sin embargo en el hogar, como es obvio y de forma lógica la madre trata de limitar el contacto con los objetos y situaciones que le pueden llegar a causar algún daño. Es parte del instinto protector de las madres. El niño entonces se empieza a ajustar a los aprendizajes que le son impuestos y que son los adecuados de acuerdo con las normas sociales y los valores familiares (Villar, 2003).
Generalmente cuando los padres deciden iniciar con su hijo el proceso de escolarización realizan la búsqueda teniendo en cuenta la calidad de la institución, su renombre, los costos educativos, la ubicación, el bilingüismo o lo que ellos de forma personal desean para sus hijos, pero pocas veces se preguntan si el modelo educativo del colegio es acorde a la personalidad y el estilo de aprendizaje de su hijo. El niño entonces se ve enfrentado en una lucha entre lo que realmente quiere aprender y lo que tiene que aprender. Ese deseo innato de aprender por sí mismo a través de su relación con el entorno, se va entonces mermando y va entrando en una masificación total, se convierte en uno más, el colegio es igual para todos, la enseñanza es igual para todos, se uniforman sus cuerpos y se esquematizan sus mentes. Solo aprende lo que tiene que aprender, lo que es requerido para aprobar el año escolar. En la gran mayoría de colegios se cercena la imaginación del niño y la creatividad se ve coartada. El cielo es azul, no verde o naranja. El sujeto generalmente se limita a su zona de confort porque de esa manera se le ha condicionado.
Hoy en día, con el uso de las TIC’s el acceso a la información es ilimitado. Podemos aprender lo que queramos, sin restricción de horarios y adquirir al conocimiento de la forma en que deseemos. A través de vídeos, textos, libros, conferencias, imágenes, esquemas, diagramas, etc, compartimos la información a nivel global. Una idea, un pensamiento puede ser expresado con libertad y puede ser compartido con otros, que a su vez interactúan con lo que se ha producido y publicado.
En mi concepto el aprendizaje autónomo permite regresar a ese instinto inicial del niño de adquirir conocimiento y de relacionarse con el mundo a través de la exploración propia que cada individuo realiza. El aprendiz está en total libertad de escoger lo que desea aprender, la forma como desea hacerlo, el momento para trabajar en su aprendizaje y la forma más eficiente para él de apropiarse de ese conocimiento. Es aquí donde entra en juego el concepto de metacognición: el individuo aprende a conocerse a sí mismo y a identificar su propia forma de pensar y de asimilar, analizar, ejecutar y controlar su propio proceso enfocándose en la consecución de un objetivo previamente planteado (Argüelles & Nagles, 2016). Es decir la ventaja del aprendizaje autónomo es la personalización de la educación, pues al salirse de esquemas preestablecidos que no toman en cuenta las condiciones particulares, la realidad y los intereses de cada individuo, torna el aprendizaje flexible y permite que este sea enfocado a lo que cada persona, en calidad de aprendiz, desea y necesita en realidad aprender, tomando en cuenta su estilo personal de aprendizaje, es decir que el proceso se hace a la medida del aprendiz y no al contrario.
Referencias
Argüelles, D., & Nagles, N. (2016). Aprender a Aprender. Bogota: Ediciones EAN.
Villar, F. (2003). Psicología evolutiva y Psicología de la educación. Barcelona: Univerisidad de Barcelona.
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